El pico de fertilidad en equinos ocurre aproximadamente entre los 6 y 7 años. La fertilidad empieza a declinar alrededor de 15 años, las yeguas empiezan a ser más difíciles de preñar y la tasa de reabsorciones embrionarias aumenta. Las yeguas viejas pueden quedar gestantes y cargar un potro a término incluso en sus veintes, pero es inevitable la llegada de cambios morfológicos y hormonales que causan una disminución en la tasa de preñez por ciclo y los potros nacidos por año.

Una yegua es considerada vieja en la reproducción a partir de 15 años y es considerada geriátrica a partir de los 18 años. Las yeguas geriátricas pueden tener una disminución en el rendimiento reproductivo debido a cambios relacionados con la edad, disfunción ovárica, salud uterina, conformación perineal, entre otros. 

Uno de los primeros cambios fisiológicos de las yeguas viejas es la falla al entrar en celo con la llegada de la primavera, son yeguas que se tardarán en empezar a ciclar hasta dos semanas más que las yeguas jóvenes. El intervalo entre ciclos durante la temporada de reproducción es 4 o 5 días más que las otras yeguas. Las yeguas viejas tienen mayor incidencia en presentar fallas en la ovulación y presentan un grado de respuesta menor a la administración de agentes inductores de la ovulación. Las yeguas que se encuentran sobre los 20 años tienden a presentar ciclos estrales irregulares y después de los 25 años pueden dejar de ciclar, a este fenómeno se le conoce como senilidad ovárica.

Los ovocitos contenidos en los ovarios se ven igualmente afectados debido a cambios relacionados con la edad. Una yegua nace con todos los ovocitos que tendrá para toda la vida y eso hace que en edades avanzadas la calidad ovocitaria se vea disminuida traduciéndose en una menor tasa de recuperación embrionaria en las yeguas seniles.

Cambios de conformación que se van dando con la edad como el desplazamiento del esfínter anal hacia craneal resultan en presencia de aire dentro de la vagina aumentado la probabilidad de las bacterias de llegar al tracto reproductivo anterior y causar infecciones que causan subfertilidad.

El síndrome de la yegua vieja aparece en las yeguas mayores de 15 años este coincide con una mala calidad ovocitaria y mal ambiente uterino propio de las yeguas viejas, este consiste en una incapacidad de dilatación cervical durante el estro cursando con acumulación de líquido durante el celo y después del servicio. En las yeguas geriátricas es común encontrar cambios en el lumen uterino compatibles con la aparición de tejido cicatrizal, acumulación de células inflamatorias, desarrollo de quistes endometriales y destrucción de las glándulas uterinas. Estos cambios pueden aparecer en yeguas que hayan tenido muchos potros o en yeguas viejas vírgenes.

La reducción de la fertilidad es un proceso natural, gradual y predecible, el reconocimiento de los problemas y los ajustes en el manejo de los procedimientos pueden resultar en resultados reproductivos muy buenos con yeguas viejas. La atención al detalle, el mantenimiento de planes de alimentación y nutrición y la selección de sementales fértiles son claves en el proceso.

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